Así soy yo

Nací en la época en la que el teléfono tenía disco para marcar y un cable largo conectado a la pared y no era un cargador. Crecí jugando en peatonales, usando piedras como arcos en una cancha de fútbol de adoquín, improvisando pelotas con botellas, corriendo en el patio de la escuela evitando ser el que "la lleva", metiéndome en el chorro de agua de cada aguacero en invierno, viendo He-Man, Mazinger y GI Joe.

El expreso lo manejaba Don Sergio, esposo de la profesora Teresa, la hermana de la Directora de la escuela, donde la Srta. Flor me educó durante 6 años, me dieron una medalla de la Filantrópica y después fui abanderado del Pabellón Nacional. Don Froilan me vendía melcochas y a veces sánduches, pero sobretodo k-chitos con los muñecos del Chavo del 8 adentro.

Mi viejo me salvó más veces de las que recuerdo, es mi ángel de la guarda y esa parte de la historia solo los más cercanos la conocen, lo importante es destacar que el amor y la voluntad de un padre pueden llegar a niveles superlativos, sin desmayo, sin pausa, eternamente. Mi vieja, su sacrificio, su amor, sus palabras y sus cuidados, tratar de describir eso es gastar palabras. Somos 5 hermanos, así que no había días aburridos.

Llegué a mi querido colegio y comenzó un proceso que al principio no entendía, el régimen militar en el que estaba era nuevo para mí y mis compañeros, pero con el pasar del tiempo nos dejó muchos recuerdos, pero sobretodo valores y principios que contribuyeron muchísimo a desarrollar nuestro carácter. Windows tumbó todo lo que habíamos aprendido en Computación con tanto esfuerzo, las pantallas negras con letras verdes desaparecían lentamente. En las clases de inglés se usaban cassettes para "listening" en el laboratorio y veíamos películas en VHS, sobre el final aparecieron unos artefactos grotescos, pesados y antiestéticos llamados "celulares" y el internet seguía siendo un desconocido para la mayoría. Desarrollé habilidad y gusto por las matemáticas, al punto de realizar 4 exámenes en el tiempo de uno. Con la física pasó algo extraño y es que aunque tenía una habilidad aberrante (así de bueno era), nunca me gustó. A estas alturas ya mi vocación estaba definida, quería estudiar todo lo relacionado con dirección comercial, marketing y gestión empresarial, aunque alguna que otra vez me vi tentado a ser oficial de marina.

Llegó la universidad, ese Campus politécnico que recibía almas frescas, todo en carrera pero por alguna extraña razón algo faltaba, era la carrera de Ingeniería Comercial, ya iba por la mitad y llegó la noche, el feriado bancario y luego la dolarización! Un año de pausa y retomar luego los estudios, en este proceso encontré a la UTEG, con una malla especializada en marketing a un nivel en el que no lo había visto en ningún otro lado, la decisión fue inmediata, así que terminé mis estudios con la mejor tesis de grado de mi facultad. Luego volví a la ESPOL, un convenio entre la FEN y ESIC (España) hizo posible la Maestría en Marketing y Comercio Internacional, donde seguí aprendiendo de profesores y compañeros, hoy colegas Masters.

Mi vida laboral empezó desde muy temprano, he tenido la suerte de trabajar en telefonía celular, en consumo masivo, en consultoría, servicio público, docente universitario y comercio internacional. Hoy tengo la dicha de estar en un gran compañía, en un ambiente laboral muy bueno, que como en todas la empresas del mundo de vez en cuando tiene sus bemoles, pero es en muy rara ocasión.

Voy por la vida apoyado siempre en mi esposa, una mujer más noble y bella del mundo, que conoce lo peor de mi y sin embargo me ama, me dio ya un hijo y estamos esperando el segundo. Amo a mi familia más que nada en el mundo, pero eso ya será otro tema.


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